HISTORIA DEL FUERTE DEFENSIVO DE LASTRES, «EL CASTILLU» POR ENRIQUE GRANDA OLIVAR

Historia del fuerte defensivo de Lastres

 

El Castillu

Lastres, junio de 2011

Este fuerte, llamado comúnmente “el Castillu”, del que aún se conservan partes de sus muros, se encuentra sobre el acantilado del actual puerto pesquero. Tenía una altura de doce metros distribuidos en tres plantas y ocupaba una superficie de ocho por cinco metros.

Fue construido por la familia Robledo, los mismos que dos generaciones más tarde, a sus expensas construyeron la iglesia parroquial y la Torre del Reloj. Algunos documentos de la familia sitúan la construcción del fuerte en 1690. Basándose en hechos históricos, cuando después estalló la guerra de Sucesión, se reforzaron las construcciones para la defensa contra “los protestantes ingleses”, por lo que debemos situar el comienzo de la obra hacia los primeros años del siglo XVIII.

La historia sobre la necesidad de este fuerte defensivo parte del 19 de noviembre de 1700, cuando el rey Carlos II fallece sin descendencia y termina en España la dinastía de la casa de Austria. Antes de fallecer el rey, ya había tres candidatos a la sucesión. El que esgrimía más derechos era el príncipe José Fernando de Baviera, al que Carlos II había nombrado heredero, pero falleció antes que el rey, concretamente en el año 1699. Los otros dos aspirantes eran el archiduque Carlos, hijo segundo del emperador Leopoldo I, y Felipe de Anjou, nieto del Rey Sol, Luis XIV, perteneciente a la casa de Borbón.

Con solo 17 años, en enero de 1701 Felipe V de Borbón fue declarado rey de España. Había sido nombrado sucesor por Carlos II poco antes de su muerte, siempre que renunciara a la corona de Francia, puesto que unir a dos reinos tan poderosos rompería el equilibrio político en Europa. Su abuelo Luis XIV, sin embargo, no respetó esta cláusula y le hizo heredero al trono de Francia.

Inglaterra, Holanda, Austria y Portugal apoyaron al archiduque Carlos en sus reivindicaciones al trono español, con lo que dio comienzo la guerra de Sucesión. El archiduque fue reconocido como rey en parte de Cataluña, Aragón y Valencia, y sus tropas llegaron a conquistar por dos veces Madrid. Pero luego fue derrotado en las batallas de Almansa (1707), Briuega y Villaviciosa de Odón (1710). Fue entonces cuando el archiduque Carlos se retiró al heredar el trono de Austria, pero los países protestantes continuaron la guerra hasta forzar el tratado de Utrech en 1713. La lucha en Cataluña y Mallorca continuó hasta 1715.

Felipe V conservó el trono de España, pero tuvo que ceder muchas posesiones y renunciar a Gibraltar, los Países Bajos y los dominios españoles en Italia, excepto Sicilia, que fue para el emperador de Austria. Con el tratado de Utrech se terminó la principal guerra, pero a Felipe V le seguían atacando, principalmente los ingleses. La costa cantábrica sufrió la acción de la devastadora artillería inglesa, de Cabo de Peñas a Bilbao, por tanto también Lastres y su comarca. La villa fue saqueada y reducida, llevándose todo lo útil que había en el puerto.

Fue entonces cuando Alonso Victorero Colunga, nacido en 1674 y fallecido en 1733, tomó parte en favor del rey Felipe V y construyó a sus expensas este fuerte defensivo de Lastres, más conocido por los llastrinos como “el Castillu”, dotado con seis potentes cañones traídos por mar desde la fábrica que entonces había en Liérganes (Santander). El rey le agradeció su apoyo y le regaló un retrato suyo y de su esposa María Luisa de Saboya, conocida popularmente como “la saboyana”, y nombrándolo regidor perpetuo del consejo de Colunga y alcalde ordinario por el estado de los caballeros nobles e hijosdalgo, en recompensa al apoyo prestado por el fuerte o castillo.

Estaba compuesto de tres plantas. En la superior estaba instalado el puesto de mando y el vigía; en la central estaban los dormitorios y en la baja el cuerpo de guardia y de armas, sobre la explanada exterior, toda ella enlosada; contaba con seis cañones, debidamente anclados. Actualmente, esta plaza quedó muy reducida al ataluzar el acantilado para la construcción del puerto pesquero actual.

Una vez pacificadas las relaciones entre España e Inglaterra, se suspendió el uso del mismo, quedando abandonado a principios del siglo pasado. Las grandes piedras de sillería de la construcción y enlosado de la plaza fueron expoliadas y puestas en las calles de Lastres, para hacer o mejorar las actuales escalinatas a mediados del siglo XX. Dicho sea de paso, había entonces 2.988 peldaños en escaleras públicas en esta villa marinera.

Los cañones se utilizaron mucho antes en la reconstrucción del puerto antiguo, colocándolos verticalmente en los muros laterales, para el amarre de las embarcaciones, más conocidos como los “morrones” del muelle. Dos de ellos, con la ampliación del nuevo puerto, fueron recuperados y desde hace poco tiempo (año 2008) se les adaptaron unos carros de madera, tal y como estuvieron en su día.

El rey Felipe V, poco antes de morir, nombró a José Robledo -sobrino del benefactor Alonso Victorero Colunga-, gobernador de las Indias, enviándolo a Perú. Desde allí, enviaría a Lastres los recursos necesarios para la construcción en 1754 de la iglesia parroquial y la Torre del Reloj, ambos edificios conservados hasta la actualidad.

Este militar vivió hasta finales del siglo XVIII. En 1793 escribió a su hermano sacerdote, párroco de Lastres, pidiéndole explicaciones de cómo se había terminado la iglesia y que le rindiera cuentas.

Esto es un apunte de la historia del Castillo de Llastres. Algunos de estos datos me fueron facilitados por Fernando Gil Díaz Ordóñez, descendiente en séptima generación de aquel Alonso Victorero Colunga.

Enrique Granda Olivar

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