DEFENSA DE LOS MONJES DE VALDEDIOS
Artículo de Jorge Hevia Sierra publicado en “La Nueva España” el 27 de agosto de 2008.
Texto del Artículo:
La incertidumbre que se cierne sobre el futuro del Monasterio Cisterciense de Santa María de Valdediós ha generado una natural inquietud tanto en el hermoso valle de Boiges, donde se encuentra ubicado este singular cenobio, como en los concejos cercanos a Villaviciosa y en toda Asturias. Es lógica esta preocupación pues se trata del único monasterio de vida contemplativa masculina de Asturias, cuya riquísima historia se remonta al año 1200, cuando fue fundado por los Reyes de León Alfonso IX y Berenguela, quienes donaron a la abadía de Sobrado (La Coruña) el valle de Boiges para que creara en él un nuevo monasterio cisterciense.
El cenobio sufre un notable declive económico y espiritual en los siglos XIV y XV, sólo superado tras su incorporación en 1515 a la Reforma de la Congregación Cisterciense de la Común (o Regular) Observancia o de San Bernardo de Castilla. La Guerra de la Independencia a principios del XIX y las Desamortizaciones posteriores culminan en 1835 con la supresión del Monasterio, si bien 3 monjes seguirían viviendo en él hasta la muerte del último en 1862.
El Arzobispado de Oviedo compra años después el Monasterio e instala en el mismo primero un Seminario menor y a continuación –de 1923 a 1951- un Seminario diocesano que sería definitivamente abandonado en 1951. En 1986 la Junta del Principado de Asturias y el Arzobispado de Oviedo emprenden la restauración del conjunto monumental que desembocaría, en noviembre de 1992, en la histórica refundación del viejo Monasterio con la llegada de una nueva comunidad cisterciense.
Desde 1992 a nuestros días y a lo largo de un intenso período de 16 años de los monjes de Valdediós han llevado a cabo una encomiable y generosa labor. Dedicados al estudio, a la oración, al culto divino y a la contemplación, comprometidos con el espíritu de su fundador San Benito, patrono de Europa (la “Regla” dejada por el Santo tiene como principio fundamental la máxima “Ora et labora”, es decir “reza y trabaja”), los monjes de Valdediós han convertido al Monasterio en un centro espiritual, cultural y turístico de primer orden.
Los que acudimos ocasionalmente a los servicios religiosos en Valdediós -y muy especialmente a las ceremonias eucarísticas- podemos dar fe de la profunda espiritualidad que emana de esos actos. Uno siente allí la fuerza de las raíces y de las ideas que forjaron e hicieron grande a Europa. En el plano cultural, Valdediós se ha convertido, con la inestimable ayuda del Círculo Cultural de Valdediós, en un punto de referencia esencial para los apasionados del Arte y la Cultura. Y Valdediós también es visitado por todos los amantes del turismo, deseosos de conocer una joya del prerrománico asturiano y un soberbio conjunto monumental testigo y testimonio de más de 800 años de historia.
Pero la falta de vocaciones amenaza el futuro de Valdediós. Al haberse refundado el Monasterio de una manera muy peculiar en 1992 no es fácil encontrar ahora una solución para el futuro. Y digo peculiar porque hace 16 años fue directamente la Santa Sede la que refundó Valdediós en vez de encargar a un Monasterio madre de los Cistercienses, como suele ser habitual, la misión de acompañarle en su labor. Por eso es el Vaticano –y no la Orden de la Común Observancia del Císter a la que pertenecen los 3 monjes de Valdediós- quien debe decidir ahora sobre su futuro.
Al parecer, los monjes intentaron como alternativa que Valdediós pasara a formar parte de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia, más conocida como la Trapa. Recordemos que el Císter cuenta hoy con 2 ramas independientes: la de Regular o Común Observancia y la de Estricta Observancia. Pero no hubo suerte y 2 monasterios trapenses rechazaron la oferta de “acompañar” a Valdediós y asegurar la continuidad del cenobio.
La Orden del Císter –en su rama Común- se ha desentendido de Valdediós y en mayo de 2007, agobiada por la falta de vocaciones, ha optado por excluir a este Monasterio de la Congregación de Castilla o de San Bernardo. La incorporación a la otra rama del Císter –la de Estricta Observancia o “trapense”- también está difícil. No obstante, en septiembre de 2007 los trapenses han comunicado a Valdediós que aceptan en principio su petición de incorporación pero que no pueden responder de una manera definitiva hasta la celebración del próximo Capítulo General de la Orden en septiembre de este año en Asís (Italia).
El Arzobispo de Oviedo ha asegurado que Valdediós no se cierra y ha desvelado contactos con la Congregación francesa de San Juan que podría desembarcar en Valdediós, pese a que no cuenta con presencia en España. Desgraciadamente, San Juan no es una Comunidad de monjes sino de religiosos de vida activa, con lo cual Valdediós perdería el sentido original de su fundación. Son muchos los que mantienen que esta Comunidad no preserva el carácter monástico que siempre ha caracterizado a Valdediós. El Vaticano le ha pedido al Arzobispo que encuentre una solución personal para cada uno de los 4 miembros de la actual Comunidad.
Los habitantes de la zona han reaccionado de manera ejemplar apoyando a los monjes y demandando una solución que preserve su labor y asegure el futuro del cenobio. Yo me sumo a este esfuerzo, al tiempo que reitero mi admiración por el trabajo cotidiano de los monjes. Junto a los vecinos de Valdediós y a todos los asturianos interesados en su labor, abogo por una solución imaginativa y flexible que supere los inconvenientes jurídicos de la actual situación, que reconozca el generoso esfuerzo de los monjes en los últimos 3 lustros y que asegure el respeto del espíritu fundacional de este ejemplar monasterio asturiano. Una decisión que permita a Asturias seguir contando con un poderoso centro como Valdediós, irradiador de Fe, Cultura y Diálogo en un mundo que anhela y demanda cada vez con mayor fuerza esos bienes que los monjes de Valdediós entregan a raudales cotidianamente.