“Tuyamíacabecinaygol” 2.0. ARTÍCULO DE SANTIAGO GARCÍA-BARRERO, MIEMBRO DE LA AACC, PUBLICADO EN LA NUEVA ESPAÑA

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Por Santiago García-Barrero. “LNE” 19 noviembre 2020.

 

Llevo toda la vida, unos 60 años, con un balón en los pies y como otros muchos niños de mi generación tuve el fútbol como pasión y casi único entretenimiento en nuestra infancia.

Desde muy pequeños jugando al fútbol. Lo primero que hacíamos cuando estábamos en un prao era poner los jerséis para hacer la portería, en la playa levantar dos montones de arena y en el patio del colegio siempre uno de portero y todos los demás a rematar a puerta, centrar y acabar con un remate. Porque la emoción del juego estaba ahí y siempre estuvo ahí, en el área cerca de la portería, en centrar y rematar, en buscar el gol.

Siempre fue así y así perdura con el paso del tiempo.

La emoción del fútbol está en las ocasiones de marcar y en el gol. Cuando más cerca está el balón de la portería más emoción genera en los espectadores. Por eso, la tendencia que ha ido proliferando en los últimos tiempos de que el buen fútbol implica grandes porcentajes de posesión del balón y de pases acertados como valores intrínsecos de los equipos que juegan bonito y preservan el espectáculo me parece totalmente sobrevalorada y con un enfoque un tanto distorsionado.

¿Qué es jugar bien al fútbol? ¿Tener mucho tiempo el balón? ¿Dar muchos pases seguidos?  Pero…¿en qué zona del campo?

Para mí, ver jugar a equipos que tienen mucho el balón pero apenas crean ocasiones de gol es un tostón. Muchas veces lo que revela es su incapacidad para generar peligro con una circulación demasiado previsible y que no crea desequilibrios en la defensa contraria.

A mí me gustan los partidos de ida y vuelta, con menos control y más vértigo, los contraataques, partidos con muchas ocasiones de gol, tiros a puerta desde fuera del área, centros desde las bandas, paredes remates de cabeza, muchas intervenciones de los porteros…¡Qué guapo era ver una palomita!

Por eso es de agradecer que el Real Oviedo esté intentando, y consiguiendo cada vez más, imprimir una mayor frescura y agilidad a su juego ofensivo, hilvanar jugadas de peligro con pocos toques, laterales metiendo centros en la primera opción… Un juego más directo, más vistoso y generando más ocasiones de gol.

En resumen, menos posesión y más emoción. Como cuando jugábamos de niños.

Nota:  Me gustaría pensar que hay más adeptos a un fútbol menos robotizado, mas intuitivo y audaz, la versión “Tuyamíacabecinaygol” 2.0.

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