COLECCIÓN DE ARQUITECTURA MONUMENTAL ASTURIANA. COLEGIO OFICIAL DE APAREJADORES DE ASTURIAS, 1984.

CONCEJO DE COLUNGA

  1. a) Arquitectura religiosa

a.1) Iglesia de Santiago de Gobiendes

Ejemplo de la ruralización del último arte asturiano. Levantada en torno al 921, como su vecina la de San Salvador de Priesca.

Aunque no se pretende en este apunte analizar con profundidad una obra que ha merecido la atención de historiadores y estudiosos del arte del medievo (10) no por ello queremos dejar de resaltar con brevedad su considerable interés.

Está emplazada en un lugar de privilegio, en la falda del monte Sueve por encima del pueblo de la Isla, dominando el Cantábrico, y a cuatro kilómetros de Colunga y veintidós de Villaviciosa.

Obra muy reformada en el pasado siglo, año 1853, como atestigua una inscripción grabada en lo alto de su ajimez reaprovechado de la antigua iglesia, aún conserva una parte de su estructura prerrománica.

De planta basilical de tres naves constituidas en cuatro tramos, este cuerpo de iglesia se cubre con madera, un arco de triunfo da paso a la cabecera recta, típica de lo asturiano, constituida por tres capillas que se cubren con bóvedas de cañón. La capilla central ha desaparecido y en la última remodelación aparece con proporciones desmesuradas rompiendo el tramo recto de cabecera. De la primitiva capilla se conservan fragmentos de la arquería que recorría sus muros y que se repite en las obras de la época, como en Priesca (Lám. 12).

El alzado se realiza con pilares cuadrados con impostas y arcos de ladrillo. Es de gran interés la resolución de los capiteles del arco de triunfo, con collarino sogueado y hojas de acanto muy estilizadas, al igual que los motivos en relieve que perviven de la primitiva iglesia, denotan el carácter rural de estas iglesias de la etapa de Alfonso III.

Se ha aprovechado una ventana ajimezada, ya citada, en la que destaca la decoración del pilar y capitel que lo remata, cuenta con decoración sogueada, una cuadrifolia muy estilizada y el cuerpo del capitel con una esvástica.

Las citas históricas sobre el monasterio de Santiago de Gobiendes nos lo presentan con el mismo régimen que los cenobios benedictinos que van surgiendo en los siglos XI-XII. Un cenobio instituido en régimen de propiedad y atendiendo pastoralmente las circunscripciones rurales en las que tenían sus dominios. El monasterio de Gobiendes ostentaba el dominio de tres villas.

  1. b) Arquitectura civil

b.1) Palacio de los Alonso Covián. Colunga villa. Edificio número 2 de la calle Real

Los Alonso Covián junto con los Valdés Rivas y los Rivero, entre otros, son las familias más representativas de la nobleza de Colunga a partir de la época renacentista hasta el pasado siglo. Los Covián ocuparon cargos de representación de la villa en la Junta, de administración del municipio y de defensa de la costa.

Don Fermín Canella, da como probable que la casona, antes citada de los Covián, fuera el lugar de residencia temporal del emperador Carlos V en su viaje por Asturias, demostrando la antigüedad del solar de estos nobles, en este momento, los de mayor prestigio en la zona. Las noticias sobre la estancia del monarca en Colunga, también aluden a la incomodidad del edificio.

Responde esta construcción palaciega a las premisas renacentistas que entran en Asturias mediado el siglo XVI y en toda su segunda mitad, siempre tímidamente a partir de las proporciones de volúmenes o en la disposición de vanos, en la utilización de conchas como remate de saeteras. Se impone definitivamente a fines del siglo, perdurando en gran parte del siglo XVII. Una vez más Asturias es retardataria a la hora de acoger nuevas formas arquitectónicas ya que en el resto de España el proceso evolutivo de las formas arquitectónicas renacentistas a las barrocas se da en el último cuarto del siglo XVI y el primero del XVII.

La casona que responde a las premisas renacentistas en su fase avanzada incluye ciertas novedades, dejando de lado las remodelaciones y añadidos posteriores. El material empleado en su fábrica, buen sillar de piedra, denota las manos expertas de los canteros santanderinos que trabajan en toda la zona oriental. Su perfecta estereotomía puede ser apreciada en las esquinas del edificio y en sus amplios vanos. Es fruto del auge constructivo en el siglo XVI continuado en los dos siglos siguientes, especialmente en Asturias y Galicia.

La ordenación de muro está perfectamente estudiada, sobresale el deseo de euritmia en toda la fachada, en consecución de proporciones, de simetría, de ordenación de plantas. El eje de simetría se encuentra en el segundo piso constituido por un balcón no saliente del muro, sobre él aparece situado el escudo familiar, enmarcándose ambos por una moldura, que en estos años resulta arcaizante para el resto de España, el alfiz que se quiebra para recoger el vano y el escudo; a uno y otro lado de este foco se abren, en el mismo paño, dos balcones, situados cerca ya de las esquinas de la casa. En el piso alto se repiten los balcones pero más próximos al eje. La planta baja cuenta con dos accesos por medio de sendas puertas adinteladas situadas en eje con los balcones superiores, a su lado, las saeteras, típicas del momento, rematadas con veneras.

Las premisas de un renacimiento tardío se re crean al añadir a este esquema de organización de fachada un elemento disonante que rompe el afán de regularidad, una ventana de esquina, cotidiana en Castilla y Extremadura pero extraña a lo asturiano, aparece situada en el ángulo superior izquierdo de la fachada.

Con posterioridad se le añadió a este perfecto cubo una construcción de dos pisos de características populares, con solana y corredores en madera, así como un porche lateral.

b.2) Ayuntamiento de Colunga. Plaza de José Antonio

Si bien hay noticias durante el altomedioevo de la presencia de Colunga en el nacimiento de las primeras manifestaciones administrativas (15) éstas son vagas, debemos esperar al siglo XVI para que la villa cuente con un ayuntamiento constituido por seis regidores y dos jueces, así como sus regimientos.

La villa y por extensión el concejo ostenta el blasón de los Alvarez de Colunga ganado en la batalla de Baeza, se trata de un escudo cortado, el primero de plata con tres flores de lis partido de sinople y un cuervo negro andante y el se gundo de azul y plata con ondas de agua en que nadan tres ánades.

El edificio que en la actualidad alberga a los munícipes, es una casona de estilo barroquizante en la que podemos apreciar el tímido despliegue de sus premisas constreñidas por un esquema general arcaico.

El edificio en este sentido está trazado como rectángulo de dos plantas, excepción hecha de la calle central en la que, para marcar su importancia, aquí se encuentra situado el escudo, se eleva un tercer piso. Esta deferencia hacia este paño revela su filiación barroquizante, así como la abundancia de vanos, diez en la fachada principal, de diferentes dimensiones, los remates de la balaustrada y la torre con pirámides que sostienen bolas. De igual manera pueden citarse las molduras, de relieve bajo, en orejera que delinean las ventanas de la planta baja.

En la calle central se sitúa el portal de acceso, adintelado y flanqueado por dos pequeños vanos con orejeras, sobre ellos un balcón central y dos ventanas que tienen en común el antepecho en hierro y el voladizo, único elemento saliente de esta fachada carente de movimiento. Sobre el balcón el escudo de los Alvarez de Colunga, adoptado por la villa, flanqueado por cortafuegos mensulados que en este caso se emplean para unir el segundo piso y el volumen cuadrado de la torre.

b.3) Edificio del Banco de Vizcaya

En Colunga villa, alineado a la carretera de la costa, antes ocupado por el Hostal Costa Verde. Es una de las muestras más interesantes que este siglo ha dejado en la villa. El edificio se configura como estructura vinculada al modernismo de corte internacional, no catalán, de línea rígida influido por la «Sezessión vienesa», y la incorporación de elementos plásticos plenamente modernistas.

Sorprende la inteligente creación que se rea liza en la distribución de fachadas y su enlace a través del volumen quebrado en esquina en el que se alojan los vanos de acceso al inmueble, cada uno de ellos da a una calle. Se abren en arco rebajado sostenido por columnas adosadas a los muros y al pilar central; recogen en su interior una escalinata doble. Sobre las puertas, dos miradores configurados poligonalmente, en este espacio la decoración es de formas geométricas predominando linea recta, que nos acerca al Art Decó. Se remata este cuerpo es quinado contraponiendo una doble cornisa abalaustrada, una más baja de formas poligonales como los miradores y de dimensiones reducidas y una segunda de líneas rectas más elevada que remata el volumen, solución que sustituye a las tradicionales cúpulas.

El edificio en general se desarrolla en dos plantas, bajo comercial y el piso de viviendas. Estructura de gran movimiento, se juega con formas planas de fachada y volúmenes salientes de unión entre éstas, amén de los consabidos balcones con voladizo. Pilastras sobre ménsulas, remates en pináculos ponen la nota rítmica de remate final de la fachada. La ornamentación vegetal subraya sin efectismo los antepechos de ventanas, dinteles y tramos de balaustrada. Este edificio guarda un cierto parecido con el proyecto de Miguel García de la Cruz para el edificio Siemens de Gijón.

 

b.4) Palacio urbano en Lastres, número 389 del barrio de la Fontana

En este palacio de comienzos del siglo XVIII podemos apreciar la resolución que se toma de los elementos cultos propugnados desde la capital ovetense, adoptando como modelo edificios tales como el palacio del duque del Parque. Se trata en el caso que nos ocupa, de una versión sensiblemente más modesta, prescinde de los almohadillados en las esquinas o el empleo de pilastras marcando las calles. En lugar del almohadillado emplea los cortafuegos que par tiendo del zócalo llegan hasta la cornisa superior. y a través de los balcones unidos con el mismo antepecho y voladizo, la colocación del escudo y la portada marca la preferencia de la calle central sobre las laterales.

Prima el deseo de orden a la hora de estructurar la fachada apartándose de cualquier movimiento brusco en la confrontación de las calles. Las tres plantas tienen una lectura en horizontal que a veces puede desequilibrar la valoración del paño central.

Pero el desequilibrio es mínimo y subsanado al acumular mayor número de vanos en el centro, La fachada va sobre un zócalo de reducidas dimensiones, en la calle central se coloca la portada enmarcada por molduras ligeramente de sección cóncavo-convexa prescindiendo de pi lastras y entablamentos que acompañan a la portada en los modelos cultos. Las ventanas del entresuelo son iguales en todas las calles, dos flanqueando la puerta y una por cada calle lateral, de iguales dimensiones y moldura escasamente quebrada. En el primer piso las ventanas en eje con las inferiores cuentan con una molduración más acusada repitiendo el esquema de la portada, descentrado con respecto al foco de ésta, se sitúa el escudo familiar junto a un óculo,

En la última planta el palacio se abre en balcones, aquí las molduras sufren un resalte más pronunciado copiando las de la puerta, en la calle central los tres balcones se unifican por medio del consabido antepecho en hierro y el voladizo común para los tres vanos, las calles laterales cuentan con un solo balcón no saliente del muro.

La cubierta a cuatro vertientes cae en amplio alero sobre la fachada acompañando en su efecto de luces y sombras a la plasticidad de las molduras de vanos. Como elemento popular cabe resaltar la existencia del ático abuhardillado. A diferencia de los palacios ovetenses del momento la fábrica de este edificio se realiza con mampostería luego revocada salvo en el caso de los vanos, esquinas de la obra y cortafuegos.

En todo caso es un magnífico ejemplo de popularización de las premisas cultas imperantes, realizado con gran dignidad. Su estado de conservación es ruinoso.

 

b.5) Conjunto palacial de la Loja, de don Luis Montoto Covián

Está integrado por las siguientes dependencias, la casona configurada según premisas populares, de comienzos del siglo XVII, edificaciones dentro de la misma corriente destinadas al ganado y aperos de labranza, la capilla familiar. situada frente a la casona, y la segunda residencia de estilo ecléctico modernista (Lám. 18). La casona responde a las exigencias de una vivienda rural, de planta rectangular y dos pisos ordena su fachada principal en tres marcados cuerpos. En el izquierdo la entrada a las cocinas y dormitorios del último piso se realiza por una escalinata exterior a este muro, la portada en esquina realizada en buen sillar y dos reducidas ventanas de comunicación con la calle de las dependencias internas, en igual material y calidad. El tejado pronuncia más el saliente alero en este punto para resguardar el acceso, se apoya en ménsulas de madera. En núcleo piso noble, la sala se comunica con la corralada núcleo central el por medio de tres balcones no sobresalientes de la fachada con a antepecho de madera. un porche sostenido por un pilar que se sostiene sobre un murete que cierra parcialmente este espacio en línea con la fachada.

Y el tercer núcleo, mucho más cerrado que los dos anteriores, diminutos vanos de ordenación asimétrica se abren en las dos plantas: al no estar revocado el muro podemos percibir que mantiene la mampostería, como viene siendo tradicional en la mayor parte de la fábrica, salvo a la hora de reforzar el edificio o en las ventanas y portadas, en este caso con función tectónica y plástica. La capilla se adecúa igualmente a las premisas populares, cuenta con el porche saliente en occidente y la capilla de una sola nave, cubiertos todos los espacios con madera.

La segunda residencia, ya desde el siglo XVI en palabras de don Aurelio del Llano la casona pasa a ser residencia de los colonos mientras los señores realizan su segunda residencia en lenguaje más culto a pocos metros de la anterior (18). En esta edificación remodelada a comienzos del siglo XX, se mantienen las características populares en soluciones tan tradicionales como la solana en madera o el ático abuhardillado, pero combinadas felizmente con otras estructuras vigentes a principios de siglo como es el caso del bello mirador realizado combinando hierro y cristal. Las finísimas columnillas que soportan el remate de la terraza y balaustrada superior, así como sus escrecencias florales, denotan la capacidad y creatividad de los forjadores asturianos en este momento.

 

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